El parguito, con dos piojos en el lomo. |
Como la noche se presentaba calurosa (es un decir) cogí los bártulos, unas cuantas pirañas y un par de chocos, para buscar las majoletas y las bailas. La pesca nocturna no me apasiona especialmente, ya que, será la edad, pero resulta una paliza, prefiero el horario de las gallinas.
Marea de 70º, con la bajamar a las 00:15. y viento de poniente que fue desapareciendo.
Nada más llegar a la zona sobre las 21:00 y con el agua corriendo intenté sacar algunas bailas con las pirañas, pero lo que me llegaron fueron algunos roncadores y un hermosos pargo (rara avis, por estos lares). Ya de noche y con el agua mas calmada encarné los chocos y sólo llegaban minicorvinas, del tamaño de las que venden en Mercadona (¡Vaya tela las corvinitas que está vendiendo este supermercado!).
La única majoleta aceptable tendría un kilo y algo, las demás se fueron por donde vinieron.
Ya de creciente lo intenté con las pirañas de nuevo y me llegaron algunas bailas, pero el sueño y el cansancio pudieron más que la afición y a las 2 recogí y para casa.