Y vuelve la burra al trigo.
Aunque no lo tenía previsto, a las 4 de la tarde me fui a coger algunas biñocas y a las 6 ya estaba en la Bahía para pescar las primeras horas en que la marea empieza a crecer, en este caso, muy lentamente dados los pocos grados que traía la marea.
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El agua más fea que otros días |
El agua mas fea que estos días atrás y viento suave de poniente. Al llegar, nada de ruame, pasando casi una hora con el mismo ramillete de biñocas en los anzuelos, hasta que una de las chilladeras comienza a a emitir su característico sonido, se trataba de una hermosa zapatilla, metida en dorada, ya que en este caso se acercaba a los dos kilos. En el otro aparejo me llegó otra más pequeña. A partir de ahí comenzaron a llegar zapatillas de pequeño tamaño que fui liberando en caso de no venir tragadas y como no…un lenguado, a continuación comenzó a entrar el ruame y las molestas minibailas.
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Doradas de primavera, muy largas |
Ya sobre las ocho y media decidí marcharme ya que comenzó a correr un pelete que no veas.
Por otro lado del contacto de la arena de las biñocas, los pinchazos de los anzuelos y el agua, tengo las yemas de los dedos pulgar e índice llenos de mataduras, así que ya, hasta el fin de semana que viene….si el tiempo y demás los permiten.