Primera salida del año con marea de 70º, aunque la marea corría bastante. La bajamar fue a las 13:00.
Al llegar a la Bahía y dado que el agua tiraba mucho me entretuve con las muestras y saqué un rancho de bailas. Más tarde, cuando el agua empezó a parar cambié fondeando el bote para pescar con muergos, pero había muchísimo ruame, de hecho gasté casi un kilo y medio de muergos.
Lo único interesante fueron un par de zapatillas con algo más de medio kilo cada una, aparte del rancho de roncadores y mojarras. Mucho pescado chico que fue devuelto a su medio, a ver si se acuerdan de mí cuando crezcan. A las 3 de la tarde el agua empezó a correr con fuerza y hubo que marcharse a comer.
De nuevo, tenemos un aguaje de los grandes, nada menos que 114º.Así que la salida se hizo cuando la marea lo permite (al menos dentro de la Bahía) en la hora anterior y posterior a la plemar en este caso. Llevando un puñado de cangrejos verdes de carnada estuve tentando en Los Ramos y posteriormente en la zona de la canal, cuando la plemar llegó a su cénit. Finalmente cogí (aparte de un catarro) un par de zapatillas, un sargo y…dos bailas que le llegaron a los cangrejos…parece que me persiguen. En total algo más de dos kilos de pescado, la fritadita gaditana. Mejor suerte corrió mi cuñado que estuvo por la mañana en los alrededores de la boya del Reviro, enfrente de Valdelagrana y sacó una buena dorada de unos cuatro kilos, no muy larga, pero gorda, gorda, gorda.
Marea muerta de solemnidad, ya que sólo traía 37º. De hecho la mayor parte del tiempo el viento (que era una brisa de poniente) podía más que la marea, provocando enredos y cruces entre las cañas y aparejos.
La pleamar fue a las 9 y media, pero hasta que el agua no empezó a correr un poco, una hora más tarde no empezó el festival que duró hasta que la corriente dejó de empujar, sobre la 1 y media. En ese intervalo de tiempo las bailas llegaban frenéticas, sobre todo al principio de la marea. Como tenía pescado de ayer fui devolviendo al agua la mayoría y sólo me quede con una docena de las más gorditas. Aparte de esta especie, también me llego un pámpano y algún roncador.
Reservé un aparejo con cangrejos, pero….nada.
De nuevo, y aprovechando el fin de semana, cogí los aparejos para echar un ratillo de pesca. La marea muerta, apenas si traía 40º, siendo la pleamar a las 8 y 10. A esa hora ya estaba el tío dando plomazos junto al Puente Carranza. Al poco de llegar cayó una espesa niebla, que no fue impedimento para que las bailas llegarán ansisosas, al igual que en otras ocasiones, así estuvo la cosa hasta las 11 más o menos en que hubo un parón, así que después de estar una hora sin que llegara más pescado (exceptuando un sargo de ración) decidí recoger, pero al sacar el último aparejo: ¡Sorpresa! Un hermoso parguito que le dio una nota de color a la jornada.
Señalar que cuando se levamtó la niebla pude comprobar que al ser sábado había más gente que en la guerra, sobre todo por la zona de Los Hoyos, afortunadamente por la zona donde me muevo no había demasiado agobio.
Nueva salida, en esta ocasión por la tarde. Marea viva, siendo la pleamar algo antes de las 5. De vaciante no vi ni una sola picada, así que cambié de sitio varias veces, finalmente cuando el agua empezaba a vaciar me llegaron un sargo y una zapatilla, luego cambié para tentar a las bailas, pero sólo me llegaron 3, ya estaba recogiendo cuando al sacar un cordel nme entró un bonito robalo. Después la corriente se hizo muy fuerte y hubo que abandonar, esperemos las mareas muertas que vienen la semana que viene a ver que pasa.
Llega el sábado, el levante se quita, Así que de cabeza a la bahía a echar un ratillo. En esta ocasión con marea viva de 89º, siendo la bajamar a las 10 de la mañana. De carnada cangrejos y muergos. En un principio, por la mañana temprano y aprovechando la marea vaciando me dirigí a los arenales de Valdelagrana, pero los cangrejos ni los tocaban y a los muergos sólo lle llegaban roncadores; así que en cuanto cambió la marea di un potalazo a la zona del Puente, allí a los cangrejos le llegaron tres zapatillas y un sargo, entre los cuatro pesaron 3 kilos, luego a media marea el agua empezó a tirar con fuerza, así que se acabó la jornada de pesca. algo decepcionante, ya que en este tiempo debía entrar alguna dorada gorda, pero nada.
Bueno como el día estaba de lujo y como no tenía nada mejor que hacer, de nuevo a tentat a las bailas. La marea muerta y en esta ocasión al igual que estos días atrás, nada más que empezó a andar el agua comenzaron a llegar.Encarné los aparejos de fondo con cangrejos, pero no tuve ni una sola picada.Así que bailas por un tubo. Como he abastecido de pescado a toda la familia me dediqué a practicar el captura y suelta, quedándome únicamente con una docena de las más gorditas. El fin de semana que viene son mareas más grandes, que en principio son peores para este tipo de pesca, lo intentaremos con los cangrejos a ver si se ve alguna zapatillas. Aplicando ese dicho tan torero «si dios quiere y el tiempo no lo impide».
A pesar de que los fines de semana la Bahía puede ser una feria, me arriesgué y sobre las 10 y media de la mañana, coincidiendo con la pleamar llegué al pesquero. Habían muchas embarcaciones pero al levantarse un molesto viento del sur algunos se marcharon dejando algunos huecos. Con el agua medio parada encarné las cañas con cangrejos y de repente a una de ellas le llegaron sacando bastante tanza, pero al ir a recoger se despescó.
Cuando el agua empezó a correr (es un decir porque la marea era muy chica) cambié de sitio para tentar a las bailas y empezó el festival. Algunas de ellas rondando el kilo de peso, así estuve un par de horas liberando las pequeñas y cogiendo las más gordittas, hasta que sobre las 2 de la tarde di por finalizada la jornada.
Aunque esta tarde tenía que ir a trabajar, la mañana invitaba a salir un ratillo a la Bahía, esto unido a una marea cortita, el agua clara y la carnada adecuada forman una ecuación que muchas veces deja que despejemos la incógnita (vaya rollo).
Pues nada, me hice de algo de carnada y sobre las 9 y media ya estaba el tío dando cañazos. En esta ocasión las bailas no estaban montunas como otras veces y fueron entrando muy espaciadamente y serían las doce media (la hora de venirme) cuando empezaron a llegar las gordas y además a pares, pero lo primero es lo primero y tuve que recoger para llegar puntual al curro, pero al menos disfruté sacando un par de docenas de Dicentrarchus punctatus.
Llegando el fin de semana toca ir a pescar, siempre que el tiempo acompañe. la marea traía 111º, lo cual hace muy complicada la pesca en la Bahía, así que aproveché la invitación de mi cuñado Juan, y a las 7 de la mañana ya estábamos en Puntales dispuestos a buscar los túnidos.
Pescando junto a los gaseros
Una vez que salimos de La Bahía navegamos durante más de dos horas hasta llegar a los 90 metros de profundidad., en eses lugar se encuentran fondeados más de una docena de barcos gaseros, mercantes… Por lo visto se encuentran en el límite de las doce millas por temas burocráticos, ahorrándose de esa manera el pagar los impuestos por entrar y atracar en aguas territoriales. El caso es que los alistados se mueven entre dichos barcos. Este tipo de pesca se realiza en supeficie y básicamente consiste en navegar a 8 nudos arrastrando las muestras por encima del agua hasta que algún pez pique. Tampoco hay que buscar ningún lugar en concreto sino ir dando viajes hasta que des con el lugar donde están comiendo. Eso sí, estos alistados tiran como locomotoras.
Finalmente y aunque cogimos bastante piezas no fueron tantas como hace unas semanas en las que al parecer era un no parar. En total sacamos 17 alistados, 3 serruchos, tres melvas y un pequeño atún rojo, que fue devuelto al mar.. Este tipo de pesca, hace quince ó veinte años desconocida para casi todos, cada vez tiene más adeptos, de hecho habían muchas embarcaciones por la zona. Eso sí hay que tener un buen barco y mínimo 70 u 80 euros para gasolina.
Primera salida del año con marea de 70º, aunque la marea corría bastante. La bajamar fue a las 13:00.
Lo único interesante fueron un par de zapatillas con algo más de medio kilo cada una, aparte del rancho de roncadores y mojarras. Mucho pescado chico que fue devuelto a su medio, a ver si se acuerdan de mí cuando crezcan. A las 3 de la tarde el agua empezó a correr con fuerza y hubo que marcharse a comer.
mycorralito 